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Artista venezolano Rodrigo Figueredo logra «El Milagro del Arte en tiempos de Coronavirus».

Hace una semana pinté mi primera obra en tiempos de coronavirus, la pieza figura la «Madonna Nera del Sacro Monte di Viggiano» que es la patrona de la región Basilicata en la cual vivo desde hace unos años y de donde mis abuelos italianos del lado maternal emigraron hacia el Venezuela en tiempos de crisis para buscar refugio y esperanzas de realizar un mejor futuro. Esta versión la hice con un estilo moderno y con una referencia en el fondo a la forma del coronavirus y la titulé «Madonna Nera Corona». Hoy en día yace aceptada y expuesta en la entrada con orgullo y símbolo de integración y aprecio por las autoridades de la muy católica y conservadora comuna de Marsicovetere y Villa d’Agri, principal centro civil de todo el valle del Val D’Agri.

Esta historia se desarrolla desde unas semanas cuando, despues de pintarla y a través de un contacto de mis padres en el Vaticano con un cura originario de Venezuela que conocian desde hace décadas que hoy ocupa uno de los cargos mas altos en en la Santa sede, le mandé la imagen al susodicho pidiéndole por favor si humildemente me la podía bendecir para darle fuerza y darnos fé para que la Virgen Negra proteja ambas Venezuela e Italia. La respuesta al día siguiente del Monseñor Edgar Peña Parra fue de no solo bendecirla, sino de extender la benedición de la obra de arte a todos los que veneren la imagen, no solo para nuestras naciones con un vinculo tan particular sino para todo el mundo, concretando así  un verdadero honor y milagro para un artista italo-venezolano como yo que la vida obligo a evolucionar entre dos mundos.

En estos momentos de crisis que impone la pandemia de coronavirus a nivel mundial, nos damos cada vez mas cuenta que la humanidad es una y de cuales son las cosas que mas valor tienen, mas allá del dinero y objetos materiales, la cultura, el arte y la solidaridad son los vectores que mas nos recuerdan nuestra condición de hermanos sujetos por igual a las realidades y retos de la naturaleza en circunstancias. En tiempos en los cuales reina el miedo y la xenofobia, la resiliencia, la empatia y la identidad común a todos como seres humanos debe vencer para que al salir de esta tragedia terminemos todos creciendo como individuos y colectivo. El hecho que hoy todos aceptemos juntos que una simple tela, con pigmentos de acrílico se vuelva un símbolo de fe común, de identidad compartida y de protección en tiempos tortuosos es una victoria y un pequeño milagro individual que vale mucho más aún cuando es apreciado por la sociedad en su totalidad. Una bendición que une, toma su máxima expresión y valor por sobre todas las calamidades cuando es compartida en una lucha común.

Por Rodrigo Figueredo, 4 de Abril 2020.

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