PrensaToday

¡Chile de fiesta! Alejandro Aravena gana el premio Pritzker 2016

alejandro_chileno

El chileno Alejandro Aravena es el ganador del premio Pritzker de este año, según ha anunciado en Chicago el jurado del galardón más prestigioso de la arquitectura mundial. Aravena, de 48 años, sucede al alemán Frei Otto, el ganador póstumo del año pasado, y es el cuarto galardonado procedente de América Latina, después del mexicano Luis Barragán y los brasileños Oscar Niemeyer y Paulo Mendes da Rocha.

El acta del jurado recoge algunos de los méritos de Aravena y también, el cambio de dirección que ha dado el Pritzker en los últimos años. “Su obra construida abre nuevas oportunidades a los menos privilegiados, mitiga el efecto de los desastres naturales, reduce el consumo de energía y genera nuevos espacios públicos”. Todo parece tener un sentido moral en el trabajo del chileno.

La obra por la que Aravena se hizo conocido fue un conjunto de viviendas baratas de aspecto humildísimo en Iquique, Chile, unas casitas de bloques de hormigón y formas muy básicas para familias de rentas bajas en una calle polvorienta de una ciudad de provincias. Aquella obra está datada en 2004 pero no es la última construcción de este tipo que aparece en su portafolio: colegios de pueblo, viviendas, centros cívicos…

En lugar de trabajar tratando de mantenerse fiel a la idea inicial, Aravena se mete en campos que desconocen. Fue el caso de la reconstrucción de la ciudad chilena de Constitución que en 2010 resistió bien a un terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter y mal el posterior tsunami. Elemental consultó con los ciudadanos y propuso recuperar espacio para blindar la urbe ante futuros terremotos. En lugar de resistir con muros, idearon un espacio público capaz de disipar la energía sísmica con la fricción de los nuevos parques. Autores de regeneraciones urbanas, como el Parque Periurbano de Calama –que rodea con una arboleda la ciudad minera para producir sombra, duplicar el espacio verde y frenar el polvo del desierto- y de edificios emblemáticos -mayormente universitarios levantados en Santiago, Austin (Texas) o Shanghai- que combinan valor representativo con eficiencia energética, su mayor aportación está en su capacidad para trabajar desde la escasez.

Con Aravena el Pritzker envía un mensaje casi contrapuesto al que ha lanzado en otros tiempos: es más urgente aprender bien gramática que escribir la gran novela. El propio arquitecto explica a EL PAÍS, desde su estudio en Santiago, que su profesión debe recuperar el peso social y alejarse de la irrelevancia.

obra_alejandro

Agregar comentario

Leave a Reply