El Ford Galaxie 500 ocupa un lugar especial en el corazón de los entusiastas de la NASCAR. Representa una época gloriosa en la historia de las carreras de stock cars, en la que reinaban la potencia, la velocidad y el músculo americano.
Este icónico vehículo, fabricado a mano por Ford, se convirtió en una fuerza a tener en cuenta en la pista, y un Galaxie 500 en particular, conocido como el «Hammer» Mason nº 87, grabó su nombre en los anales de la historia de las carreras.
En este artículo, nos adentramos en la cautivadora historia del Ford Galaxie 500 y su extraordinaria trayectoria en la NASCAR.
Orígenes de la NASCAR
Antes de sumergirnos en la historia del Galaxie 500, echemos un rápido vistazo a los orígenes de la NASCAR. Fundada en 1948 por Bill France, un mecánico de coches apasionado por las carreras, la National Association for Stock Car Auto Racing (NASCAR) ganó popularidad rápidamente en todo Estados Unidos. La competición era feroz y los coches eran tan salvajes y potentes como siempre. La NASCAR se convirtió en una plataforma para que los fabricantes de automóviles exhibieran sus productos e impulsaran las ventas en los concesionarios.
La edad de oro de los 60
La década de 1960 marcó un punto de inflexión importante para la NASCAR, con la aparición de pilotos y fabricantes legendarios. Los fabricantes de automóviles estadounidenses, como Ford, aprovecharon la oportunidad de utilizar la NASCAR para mejorar su imagen de marca y aumentar las ventas. La campaña global de marketing y publicidad de Ford, «Ford Total Performance», aprovechó su presencia en los deportes de motor para destacar las prestaciones y el atractivo de sus coches de serie.
El nacimiento del «Martillo» Mason nº 87
En medio de esta revolución del automovilismo, Jim «Hammer» Mason, director de productos de alto rendimiento para el mercado posventa de Dearborn Steel Tubing (DST), tenía el deseo ardiente de participar en carreras de coches de serie. Ford, reconociendo el potencial, proporcionó a Mason un Galaxie 500 de 1963 para sus carreras. Este Galaxie 500 en concreto era un prototipo utilizado para probar los procesos de la cadena de montaje y aparecía en los folletos de ventas de Ford.
La transformación en un feroz corredor
El Galaxie 500 de Mason sufrió una serie de modificaciones para transformarlo en una formidable máquina de carreras. En colaboración con los ingenieros de Ford y utilizando sus conocimientos de fabricación y construcción de motores, Mason introdujo mejoras significativas. Una de sus contribuciones más notables fue el diseño del filtro de aire «ala de murciélago», que aumentaba la velocidad máxima del coche.
Sin embargo, su eficacia llevó a la NASCAR a prohibirlo. Con su llamativo esquema de pintura rojo, blanco y azul, el Galaxie 500 destacaba tanto en el stand de exhibición como en la parrilla de salida.
Triunfos en la pista
El Galaxie 500 Hammer Mason nº 87 dejó su huella en la historia de la NASCAR con sus impresionantes actuaciones en la pista. En la carrera Daytona-Permatex 300 de 1966, Curtis Turner, renombrado piloto y propietario del Charlotte Motor Speedway, pilotó el coche hasta el primer puesto final. En los años siguientes se subieron al volante otros pilotos de talento como Bobby Allison y Donnie Allison, que lograron notables finales.
Un superviviente único
Tras su carrera, muchos coches de carreras caen en el olvido o son reutilizados. Sin embargo, el Hammer Mason nº 87 Galaxie 500 desafió las probabilidades y permaneció intacto. Conserva su pintura original, el interior, el asiento de carreras, los indicadores de Stewart-Warner, los cinturones de seguridad, el suelo de amianto e incluso la cinta original del volante.
Los neumáticos de carreras de 1969 de Donnie Allison todavía adornan esta notable pieza de la historia de los stock cars. La autenticidad y la importancia del coche son evidentes en su documentación.
Fama y reconocimiento duraderos
La fama del Hammer Mason nº 87 Galaxie 500 se extendió mucho más allá de sus días de competición. Su aspecto icónico inspiró un modelo Racing Collectables Legend Series, lanzado en 1991. En 2001, se exhibió en la celebración del Centenario de Ford Racing e incluso protagonizó un anuncio de televisión de Ford Motorcraft, conducido por el primer campeón de NASCAR de Ford, Ned Jarrett. El legado de este coche sigue cautivando a entusiastas y coleccionistas por igual.
Disponibilidad del Galaxie
Esta pieza de la historia de los stock cars, el Hammer Mason nº 87 Galaxie 500, está actualmente a la venta en Collectors Garage, un destino de confianza para entusiastas y coleccionistas del automóvil. Con su rico patrimonio, originalidad y documentación de época, este Galaxie 500 tiene un precio de venta de 125.000 dólares. Es una rara oportunidad de poseer una pieza de la historia de NASCAR que dejó su huella en las pistas de Daytona.
Conclusión
El Ford Galaxie 500, en particular el Hammer Mason nº 87, ocupa un lugar especial en el ámbito de la NASCAR.
Su estatus icónico, sus emocionantes actuaciones y su legado perdurable han consolidado su posición como una verdadera leyenda de las carreras. Ahora que esta extraordinaria pieza de la historia de los stock cars busca un nuevo propietario, le espera la oportunidad de poseer un trozo del legado de la NASCAR.
El Galaxie 500 sigue fascinando a los entusiastas, recordándonos los gloriosos días en los que el músculo americano dominaba los circuitos.
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