La Casa Blanca pidió este sábado por la noche sanciones más duras contra Corea del Norte tras su último ensayo de misil y afirmó que el proyectil ha caído cerca de Rusia. «Que esta última provocación sirva de llamado a todas las naciones para implementar sanciones mucho más fuertes», indicó la Administración de Donald Trump en un comunicado.
Se trata del décimo misil que Pyongyang lanza en lo que va de año y no han pasado más que dos semanas de la última prueba. La intensificación de las pruebas nucleares del régimen coincide con una nueva Administración estadounidense que decretó el fin de la “paciencia estratégica” que había caracterizado la era Obama.
Washington también aseguró que el misil de este sábado cayó «tan cerca de suelo ruso, de hecho, más cerca de Rusia que de Japón, que el presidente no cree que Rusia esté contenta» con esta última provocación del régimen de Kim Jong-un. Pyongyang «ha sido una amenaza flagrante por demasiado tiempo», añade el comunicado.
El embajador de Pyongyang ante la ONU, Kim In Ryong, llegó a afirmar que se estaba creando “una situación peligrosa en la que una guerra termonuclear puede estallar en cualquier momento”.
Fuente: El País
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