El presidente de Ford, Bill Ford, ha hecho un llamamiento al sindicato UAW para que ponga fin a la huelga que lleva dos meses afectando a los Tres Grandes del motor de Detroit. Ford se ha autoproclamado como el dirigente empresarial más prosindical del sector y ha advertido sobre el peligro que representa la paralización de la producción para el futuro del sector automovilístico en Estados Unidos.
El llamado de Bill Ford
En una intervención transmitida por la compañía a través de su página web y redes sociales, Bill Ford ha lanzado un mensaje de menos de 10 minutos instando a sus colegas de la UAW a terminar con la prolongada huelga. El presidente de Ford ha destacado que la continuidad de la huelga tendrá un gran impacto en la economía estadounidense y devastará las comunidades locales. Además, ha afirmado que los paros benefician a competidores como Tesla, Toyota, Honda y los fabricantes chinos.
Bill Ford ha enfatizado que el sector automovilístico se encuentra en una encrucijada y que la elección correcta no solo afecta a la capacidad de Ford para competir, sino que también determina el futuro de la industria automotriz estadounidense. Ha señalado que no debería existir una confrontación entre Ford y la UAW, sino una unión para hacer frente a la competencia de Toyota, Honda, Tesla y otras empresas chinas que buscan ingresar en el mercado nacional.
El riesgo para la industria automotriz estadounidense
El presidente de Ford ha advertido sobre el riesgo que representa la falta de recursos para nuevas inversiones en la industria automotriz. Ha destacado que las compañías no sindicadas, como Toyota, Honda y Tesla, han ganado consistentemente cuota de mercado en las últimas décadas debido a su ventaja en costos, errores de gestión y falta de calidad e inversiones por parte de los fabricantes estadounidenses.
Bill Ford ha resaltado la importancia de contar con recursos para nuevas inversiones, ya que son fundamentales para mantener la competitividad frente a la competencia. Ha enfatizado que si se pierden estos recursos, se perderán puestos de trabajo y las comunidades periféricas sufrirán las consecuencias.
El inicio de la huelga y su expansión
La huelga del motor comenzó el 15 de septiembre con la paralización de una planta de General Motors en Wentzville, Misuri, y otras plantas de Ford y Jeep en Michigan y Ohio. Estas plantas fabrican modelos como el GMC Canyon, el Colorado, el Bronco, la camioneta Ranger, el Gladiator y el Wrangler.
El líder del sindicato UAW, Shawn Fain, ha ampliado la huelga a nuevos centros de distribución de Stellantis y General Motors en 20 estados. Sin embargo, Ford evitó ser afectada por la ampliación de la huelga debido a su mayor disposición a negociar. A pesar de los avances en las negociaciones, Fain sorprendió al convocar el paro en la planta más rentable de Ford ubicada en Kentucky.
La situación actual y las demandas del sindicato UAW
Actualmente, el sindicato UAW cuenta con 20.000 trabajadores en huelga, de un total de 146.000 afiliados en los Tres Grandes del motor en Estados Unidos. El sindicato reclama mejoras salariales, la eliminación de la doble escala salarial y garantías para una transición justa hacia el vehículo eléctrico.
Las compañías automotrices ya han ofrecido incrementos salariales de entre el 20% y el 23% en un período de cuatro años, así como concesiones en otros aspectos clave de los convenios laborales. Sin embargo, las demandas varían entre las diferentes compañías y el sindicato busca inclusión de los trabajadores de plantas eléctricas, suavizar la doble escala salarial e introducir ajustes por inflación.
La huelga del motor en Estados Unidos, que ha afectado a General Motors, Ford y Stellantis, pone en riesgo el futuro del sector automotriz en el país. Bill Ford, presidente de Ford, ha hecho un llamamiento a la UAW para que ponga fin a la prolongada huelga y ha advertido sobre la competencia de empresas como Tesla, Toyota, Honda y los fabricantes chinos.
La falta de recursos para nuevas inversiones amenaza la capacidad de las compañías automotrices estadounidenses para competir en un mercado cada vez más globalizado. Además, la huelga ha generado un impacto negativo en la economía y en las comunidades locales. El sindicato UAW continúa exigiendo mejoras salariales y garantías para una transición justa hacia el vehículo eléctrico.
Es fundamental que se encuentre una solución pronta y equitativa para evitar mayores consecuencias negativas en la industria automotriz estadounidense. El futuro del sector y el bienestar de los trabajadores y las comunidades dependen de ello.
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