La difícil situación de los emigrantes que buscan una vida mejor ha dado lugar a la aparición de rutas y prácticas peligrosas. Una de ellas, conocida como la «ruta VIP», ha acaparado la atención en los últimos años.
Los migrantes, en su mayoría de nacionalidad china, pagan a los contrabandistas sumas exorbitantes para embarcarse en un traicionero viaje en barco, sorteando la peligrosa selva del Darién.
El auge de la «ruta VIP
La «ruta VIP» se ha convertido en una opción cada vez más popular entre los emigrantes que quieren llegar a Estados Unidos. En lugar de afrontar los peligros de la selva del Darién, los migrantes optan por un viaje marítimo que promete rapidez y relativa seguridad.
Esta ruta se ve facilitada por las redes criminales que operan desde el archipiélago colombiano de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Estas islas sirven como puntos de lanzamiento estratégicos para las operaciones de tráfico de personas debido a su ubicación geográfica.
Según un informe de la Procuraduría General de Colombia, existen al menos cinco «rutas VIP» distintas que parten del mencionado archipiélago. Estas rutas sirven de puente para los migrantes que pretenden llegar a Nicaragua, México y, en última instancia, Estados Unidos.
El informe destaca la presencia de empresas turísticas legalmente establecidas que ofrecen «paquetes turísticos» a la medida de la población migrante, proporcionándoles un viaje sin contratiempos hacia Norteamérica.
Un viaje costoso y peligroso
Los migrantes que optan por la «ruta VIP» se enfrentan a un viaje traicionero y costoso. Para asegurarse el paso, deben pagar a los coyotes (contrabandistas) unos 1.200 dólares por persona, una suma considerable si se compara con los 80 a 180 dólares que cuesta atravesar la selva del Darién.
El atractivo de un viaje más rápido y aparentemente más seguro empuja a los emigrantes a elegir la opción marítima. Sin embargo, esta decisión conlleva sus propios riesgos.
El paso marítimo a través del Caribe panameño, conocido como la «ruta VIP», ha sido utilizado principalmente por migrantes chinos. Sin embargo, la Procuraduría colombiana ha identificado migrantes de doce países diferentes, entre ellos Bangladesh, Uzbekistán, Vietnam, Nepal, Bielorrusia, Bosnia, Perú y Venezuela.
Peligros de la «ruta VIP
Los migrantes que se embarcan en la «ruta VIP» se enfrentan a numerosos peligros y desafíos. El reciente rescate de un grupo de emigrantes chinos en aguas panameñas sirve de crudo recordatorio de los riesgos que entraña.
Estos migrantes fueron abandonados por traficantes de personas, dejándolos a la deriva y a merced del mar1. El Ministerio de Seguridad Pública panameño declaró que dos sospechosos que transportaban a estas personas escaparon, dejando a los migrantes varados.
Reinel Serrano, jefe de la Primera Brigada del Este del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá, explicó que los migrantes son transportados en barco hasta la costa y luego más al interior utilizando caballos y vehículos.
Cabe destacar que todos los migrantes interceptados en Panamá han sido de nacionalidad china, lo que pone de relieve el predominio de este grupo demográfico en la «ruta VIP».
Registro y asistencia en Panamá
Al llegar a las poblaciones indígenas o a los centros de acogida en Panamá, los migrantes son registrados y se les proporciona alojamiento y comida. Desde allí, el gobierno panameño coordina su viaje en autobús hasta Costa Rica. Sin embargo, los migrantes son responsables de cubrir ellos mismos los gastos de este desplazamiento.
En la ciudad costera de Necoclí, Colombia, cercana a la frontera panameña, los migrantes son recibidos calurosamente por los comerciantes locales. La presencia de migrantes chinos en Necoclí ha ido en aumento, aunque en menor número que la de haitianos y venezolanos.
Esto se debe a su preferencia por el uso de dólares o tarjetas de crédito, su uso de iPhones con fines de traducción y su carácter reservado.
Escapar a la detección y enfrentarse a la piratería
La «ruta VIP» plantea varios retos a los emigrantes que intentan eludir la detección. Para evitar a las autoridades, los migrantes pasan hasta 15 horas en el mar, arriesgándose a exponerse y agotarse. Además, se enfrentan a la amenaza de encontrarse con embarcaciones piratas que pueden interceptarlos y robarles sus pertenencias.
Las escasas medidas de seguridad de las embarcaciones utilizadas en esta ruta, como motores individuales, tamaño reducido y hacinamiento, las hacen muy susceptibles de zozobrar ante olas de dos a tres metros.
Según un informe de Radio Nacional de Colombia, al menos 977 migrantes en ruta hacia las costas nicaragüenses han sido rescatados en el mar entre 2022 y 2023. Además, en lo que va de año se han registrado seis naufragios en estas rutas.
Conclusión
La «ruta VIP» se ha convertido en una peligrosa alternativa para los migrantes que buscan entrar en Estados Unidos. El atractivo de eludir la peligrosa selva del Darién ha propiciado el aumento de los viajes marítimos facilitados por traficantes de personas.
Los emigrantes, principalmente de nacionalidad china, pagan sumas exorbitantes para embarcarse en un viaje traicionero plagado de riesgos. Desde las peligrosas aguas del Caribe panameño hasta la amenaza de la piratería, estos migrantes se enfrentan a numerosos peligros.
Es imperativo que las autoridades internacionales y los gobiernos aborden y combatan las redes de trata de seres humanos que explotan a los migrantes vulnerables.
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