Expertos legales sostienen que la Sección 3 de la Enmienda 14, promulgada tras el final de la guerra civil estadounidense, no permite que el expresidente Donald Trump ocupe de nuevo un cargo público.
La Constitución de Estados Unidos solo marca unos cuantos requisitos específicos para aquellos que aspiren a ocupar la presidencia: tener 35 años cumplidos, ser ciudadano por nacimiento y haber residido en el país por al menos 14 años. También impide a quienes hayan cumplido dos términos como presidente que se presenten otra vez.
Donald Trump cumple con todos estas estas condiciones.
Pero su Enmienda 14, promulgada tras el fin de la guerra civil (1861-1865) e identificada como “el estandarte del espíritu de Estados Unidos” tras el conflicto, marca en su sección 3 un requerimiento más: aquellos que hayan ocupado cualquier cargo público en el país y que después hayan participado en actos de “insurrección o rebelión” en contra de la Constitución no pueden volver al cargo a menos que dos tercios de las dos Cámaras así lo decidan.
El Congreso ha concedido dos amnistías sobre esta enmienda (en 1872 y 1898), pero ninguna de estas decisiones quitan vigencia a la sección 3.
Las interpretaciones de esta sección han puesto sobre la mesa la pregunta sobre si Trump, entonces, puede volver a ocupar la presidencia de Estados Unidos. Lawrence Caplan, un abogado de Palm Beach, Florida, presentó una demanda en una corte federal el pasado jueves aludiendo a esta parte de la Constitución.
“La conclusión aquí es que el presidente Trump participó en una insurrección y también brindó ayuda y consuelo a otras personas que participaban en tales acciones, dentro del significado claro de esos términos definidos en la Sección 3 de la Enmienda 14”, escribió Caplan en la presentación de la demanda.
El documento entero, que se puede consultar en el sitio courtlistener.com, enlista algunos de los actos públicos de Trump previos al asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021: los tuits, videos, discursos y presiones que precedieron al intento fallido de simpatizantes del expresidente de interrumpir la certificación de los resultados de las elecciones de 2020.
Entonces, ¿es posible que la sección 3 de la Enmienda 14 prohíba, en efecto, que Trump vuelva a ocupar un puesto público en Estados Unidos? Como en todo asunto legal (y especialmente, constitucional), la respuesta es compleja y yace en la letra pequeña.
¿Cuál era el propósito de la Enmienda 14?
La Enmienda 14 tiene cinco secciones y, por su complejidad, ya había sido mencionada en años recientes en otros aspectos. Su sección 1 garantiza que todas las personas nacidas en territorio estadounidense sean ciudadanas del país, y el propio Trump amagó con modificarla para impedir que los hijos de inmigrantes indocumentados accedieran a ese derecho.
Su sección 4 habla sobre las garantías que existen para aprobar el techo de la deuda (incluyendo un apartado que se mencionó en mayo de este año cuando las discusiones sobre este tema estaban atascadas en el Congreso).
Pero, a diferencia de estas, su sección 3 es más bien corta, y su interpretación de acuerdo con la página del Congreso habla de su inspiración: la guerra civil de Estados Unidos.
La discusión sobre la sección 3, y sus posibles consecuencias sobre la nueva candidatura de Trump a la presidencia, es impulsada en gran parte por análisis de profesores de leyes que sostienen que esta sección puede usarse con este objetivo.
Uno de ellos es un artículo publicado en la University of Pennsylvania Law Review y escrito por William Baude, de la Universidad de Chicago, y Michael Stokes Paulsen, de la Universidad de St Thomas.
Los autores apuntan que la sección 3 fue promulgada para impedir que aquellos que se habían unido a la Confederación ocuparan cargos federales. Nunca antes se había puesto a prueba la posibilidad de excluir a un candidato presidencial del cargo.
Baude y Stokes concluyen que el lenguaje de la sección 3 de la Enmienda 14 descalifica a Trump para postularse a un cargo debido a sus esfuerzos por anular las elecciones de 2020, entre ellos el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
“La conclusión es que Donald Trump ‘participó en una insurrección o rebelión’ y brindó ‘ayuda o consuelo’ a otros que participaban en dicha conducta, dentro del significado original de esos términos tal como se emplean en la sección 3 de la Enmienda 14”, escriben Baude y Paulsen en el artículo, de 126 páginas.
¿Por qué hay quienes sostienen que la Enmienda 14 puede impedir a Trump regresar a la Casa Blanca?
“Creo que está muy claro”, señaló Steven Calabresi, profesor de derecho en la Universidad Northwestern, a The New York Times. “La sección 3 en ninguna parte se limita a la guerra civil o a los confederados que rompieron su juramento. Está en lenguaje general, por lo que se aplica a cualquiera que incite a una insurrección o rebelión”, añadió. Calabresi considera que el asalto al Capitolio califica como uno de estos actos.
El mejor caso legal, señala Calabresi, podría venir de un candidato que se postule en contra de Trump, quien podría argumentar frente a un tribunal que se vio perjudicado por la presencia de un aspirante no calificado en la boleta.
Calabresi, incluso, sostiene que Trump puede ser descalificado bajo la Enmienda 14 incluso sin un cargo formal de insurrección. Pero no todos comparten su entusiasmo.
¿Qué podría pasar si prosperara un recurso contra Trump que apele la sección 3 de la Enmienda 14?
“En caso que un recurso [que mencione la Enmienda 14 en el caso de Trump] prosperara, él mismo o sus seguidores podrían presentar apelaciones y el caso podría llegar hasta la Corte Suprema, por lo que hablamos de un proceso largo”, explica Andrew Weissman, ex fiscal general de EEUU, en el podcast Prosecuting Trump, de la cadena de noticias MSNBC.
Weissman añade que el asunto clave es la interpretación de las palabras “insurrección” y “rebelión”, y subraya que ninguno de los dos casos que Trump enfrenta por los actos del 6 de enero de 2021 (el presentado por el fiscal especial Jack Smith y el de la fiscal estatal Jani Willis, de Fulton, Georgia) las mencionan.
Por tanto, en el previsible caso de que un recurso como el de Caplan prospere, corresponde a los jueces interpretar si, en efecto, Trump cometió actos equiparables a los de quienes inspiraron la sección 3 de la Enmienda 14.
¿Por qué hay escepticismo hacia este recurso para impedir que Trump vuelva a la presidencia?
El hecho de que ninguno de los casos que acusan a Trump de participar en los esfuerzos para revertir los resultados mencione las palabras “insurrección” o “rebelión”, como señala Weissman, es crucial.
Michael McConnell, profesor de derecho en la Universidad de Stanford, asegura que, en su opinión, si un caso que apele la Enmienda 14 es aceptado por un tribunal estatal, “este llegaría rápidamente a la Corte Suprema”, pero es más bien escéptico sobre su aplicación.
McConnell subraya que uno de los riesgos es que podría marcar un peligroso precedente, y se preguntó sobre lo que sucedería si los candidatos comenzaran a intentar con frecuencia descalificar a sus rivales.
“Podría diluir su peso, de modo que presentar mociones de descalificación contra sus oponentes políticos se convierta en otro aspecto más de nuestro disfuncional sistema legal y electoral”, comentó al diario británico The Guardian.
“Es realmente importante resolver esto lo antes posible y definitivamente antes de las elecciones y no después”, recalcó Edward Foley, profesor de derecho en la Universidad Estatal de Ohio. “Me preocupa que, si esto no se resuelve definitivamente, este problema podría surgir el 6 de enero de 2025 si Trump gana el colegio electoral después de haber estado en las boletas”, contó también al diario británico.
“Se podría imaginar un esfuerzo para intentar descalificar a Trump después de que haya ganado. Y eso sería un desastre. Sería una verdadera crisis constitucional”.
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